Encontré entre los cientos de papeles del archivo de la iglesia parroquial de Santa María de Maluenda un extraño documento que no guardaba relación con el resto.
En él se leía "Extracto de los Ataques, Bombas, Balas, que con las 18 lanchas bombarderas y 13 cañoneras dispararon a la Ciudad de Argel, como de las que tiró esta Plaza, de los heridos y muertos que ha habido en cada ataque".
En una tabla se acumulaban los datos de bombas, balas, muertos o heridos tanto del bando español como del contrario y en la parte inferior daba los nombres de algunos muertos o heridos más significativos: Antonio Mondragón, Josef Yrrizari, Manuel Travieso y Josef Villavicancio.
Si esta parte puede parecer curiosa, todavía me lo parecía más la siguiente hoja, donde se leía "Plan de la situación en que estuvieron lanchas bombarderas y Cañoneras y demás buques de la Escuadra en dicho ataque que comenzó el 1 de agosto y finalizó el día 9 inclusive con expresión del nombre de cada uno". y un sencillo jeroglífico de puntos, número y letras con la leyenda en la parte inferior.
Había bergantines, fragatas, navíos, jabeques, balandras, botes...
Enseguida comencé a buscar por Internet, necesitaba saber más información y lo primero que encontré fue un plano de la Bahía de Argel del año 1783, de Tomás López.
Este plano ofrecía importante información y semejanzas con el sencillo dibujo del documento. Podía ponerle fecha, año 1783, y centrar más las investigaciones.
Llegué a una página web que aportaba gran información sobre estos ataques, y donde coincidían muchos de los nombres de las embarcaciones y marineros que aparecían. ¡Qué ilusión! Tenía la crónica del documento.
No coinciden los números de la tabla en su totalidad, pero se aproximan bastante los que no lo hacen. Sin embargo son mucho más exactos los datos de los ataques enemigos.
Aunque es un poco largo, os paso la información más destacada de los ataques extraída de la web Todo a Babor:
Los ataques de los días no están claros en este texto, ya que se mezclan en ataques de mañana y tarde.
He puesto en negrita los datos que aparecen en el documento, aunque no coincidan los número exactamente.
A principios de agosto de 1783 la escuadra bajo el mando del teniente general don Antonio Barceló atacó la plaza de Argel. El motivo de esta fuerza expedicionaria no era otro que castigar y destruir todas las embarcaciones corsarias de la Regencia que en aquel momento asolaban el comercio y las costas españolas y de otros países ribereños del Mediterráneo.
El día 1 de agosto, situaron las 18 bombarderas en línea de frente avanzadas y a su
cabeza el comandante general en la falúa, y en las alas para sostenerlas
las 13 cañoneras, 10 lanchas de abordaje, los jabeques San Blas y San
Lino, 2 balandras y otros buques de guerra acoderados a proporcionada
distancia (todos para en caso de salida de los enemigos) rompió el fuego la
línea a las 2 y media de la tarde, y duró hasta cerca de ponerse el sol, que se
retiraron por haber consumido sus municiones.
Dispararon nuestras lanchas 380 bombas; y aunque no todas se pudieron
aprovechar, así por la marejada como por alguna humedad que pareció haber
percibido la pólvora de repuesto de estas lanchas, lo que hizo notar alguna
falta en su alcance, no obstante que el vivísimo fuego de las baterías enemigas
y de 2 cañoneras que avanzaron a la inmediación de su muelle, sobrepasaban al
de nuestra línea, se advirtió sin embargo el efecto de nuestras bombas en la
Plaza, la cual disparó 1.075 balas y 30 bombas, sin causar
más desgracias que 2 hombres muertos y 2 heridos de una cañonera.
El día 2 a las 2 y media de la
tarde emprendió el general don Antonio Barceló nuevo ataque, cuyo fuego duró
hasta las 4 y media consumido el regular repuesto de municiones: durante el
fuego salieron del muelle de Argel 22 embarcaciones de remo, entre ellas 9
galeotas y las 2 citadas cañoneras, con el objeto de hacer alguna tentativa
contra nuestra línea de bombarderas, pero fueron obligadas a retirarse por el
fuego de nuestras cañoneras destacadas por el general al intento, en cuyo ataque dispararon estas 390
tiros.
Nuestras bombarderas arrojaron 375 bombas, de las que muy pocas se malograron; y
el excesivo fuego de los argelino, que disminuyó en lo más vivo del nuestro,
dio bastante a conocer el estrago que experimentaban, habiéndoseles prendido
fuego en la Plaza por dos partes, la una al E de ella en la inmediación del
muelle que duró una hora, y la otra más al centro de la ciudad al S de la
linterna, que se extendió toda la tarde con exceso, y continuó después de
anochecido con bastante fomento, sin embargo de que destruyeron otros edificios
contiguos.
Los enemigos dispararon 1.436 balas y 80 bombas de las que resultó contuso
el teniente de navío don Antonio Mondragón y herido levemente un marinero, sin
otro daño de consideración.
En la madrugada del 4 de
agosto formada dicha línea como en los días anteriores, y situada debidamente,
rompió el fuego a las 5 y media y cesó a las 7 y media; pues aunque se había
propuesto continuarle reemplazando las municiones, vio que no lo permitía el
tiempo. Disparó nuestra línea 558 bombas
y 490 balas, cayendo todas las primeras en la ciudad con fruto, y una en la
dársena que levantó humo por algún rato; viéndose que de la ciudad, de donde
también salía muy denso por cuatro partes, corrían al campo sus habitantes, y
con más confusión hacia el castillo de Carlos V, y que sufrió bastante
daño la muralla del muelle.
Observando el general antes
del ataque que 11 galeotas y escampavías, y 2 lanchones cañoneros, se dirigían
con crecido número de embarcaciones se remó para remolque y sostén desde su
dársena, a situarse sobre el frente que debía formar nuestra línea, destinó al
Mayor de la expedición don Joseph de Goicoechea para que con las cañoneras de
nuestra derecha, que en todos los ataques ha tenido a su cargo, batiese a los
lanchones; y con efecto los hizo varar continuando el fuego contra las baterías
del muelle; y también dispuso que las de nuestra izquierda batiesen cinco
galeotas enemigas que se adelantaban hacia el S, y vararon igualmente obligadas
sin duda de estos fuegos.
Los enemigos correspondieron con todas sus baterías disparando 1.318 balas
y 97 bombas, de que resultaron 6 heridos y algunas averías en nuestras lanchas.
El día 5 de agosto no permitió el viento y mar del E
operar, y se observó trabajar los enemigos con cinco cabrias en dos baterías.
El 6 al amanecer dispuso el
general otro ataque: y cuando se dirigía al puesto, se avanzaron hasta 25
embarcaciones enemigas hacia el N observándose en las baterías de tierra
indicios de disponer balas rojas, que sólo llegaron a disparar muy caldeadas.
Se rompió nuestro fuego a las
6 y media durando bien vivo y con bastante acierto hasta consumir las bombas que fueron 447 y las balas 647. Los
enemigos respondieron con viveza, continuando el fuego (después de cesado el de
nuestras bombarderas) y fue sostenido por nuestras cañoneras hasta las 8 y
media, y después por las balandras Tártaro y 1ª Resolución [ex
británica capturada en la anterior guerra] siendo los tiros disparados por los argelinos 1.842 balas y 68 bombas, de
que resultaron un muerto y 3 heridos. También reventó el cañón de una lancha
sin causar daño alguno.
Por la tarde, se repitió el
ataque durando con viveza y cuanto podía permitir el empeño, desde las 5 y
media hasta las 6 y media: se dispararon 446 bombas y 506 balas con visible
destrucción de edificios, notándose tres incendios, dos de ellos muy
considerables, y haberse volado algunos repuestos de pólvora.
Los enemigos, apenas vieron en
marcha nuestra línea, rompieron sus fuegos por elevación con tanto alcance que,
después de situada, sobrepasaban mucho. Dispararon
1.366 balas y algunas bombas, causando en 6 bombarderas y 3 cañoneras
algunas cortas averías, un hombre muerto y otro herido de casco de bomba: y el
bote de la fragata maltesa Santa Isabel, que al cargo del oficial Mr.
St. Tropé estaba destinada a auxiliar a una bombardera, fue echado a pique por
una bala que le entró, pero salvaron su gente los botes y lanchas inmediatos.
El día 7 se rompió nuestro
fuego a las 6 y media de la mañana, disparando hasta las 8 y media 430 bombas y 526 balas, observándose
haber volado un repuesto de las baterías de la linterna según el humo denso; y
que habían recibido daño, así en estas como en las de Babaluet y puerta del
muelle, pues al medio día trabajaban con 4 cabrias en ellas.
Los argelinos correspondieron
con igual viveza disparando 1.348 balas
y 36 bombas, resultando maltratada la lancha de la fragata Carmen y
herido su patrón.
En la tarde se repitió nuestro
fuego desde las 4 y media hasta quedar consumidas las municiones a las 6 y
media, que fueron 444 bombas y 422 balas.
Y disipado el denso humo de la ciudad se vieron dos incendios, durando el uno
al anochecer.
Los enemigos dispararon 1.493 balas y 23 bombas, reventando una en la cañonera nº 1, la cual
voló con muerte del alférez de navío don Joseph Villavicencio y 19 hombres,
logrando salvarse el comandante de ella
don Joseph de Irisarri algo maltratado y 10 hombres.
Los lanchones enemigos
intentaron avanzarse, pero fueron rechazados por las cañoneras de nuestra
derecha aproximándose a estas hasta alcanzarle con metralla.
Las de la izquierda hicieron
también retirar a las galeotas y a otro buque cañonero que remolcaron por 3
embarcaciones, sin duda por maltratado.
Uno de estos que era
bombardero, incomodó bastante a nuestra línea, pues reventaban sus bombas sobre
ella, pero no resultó más que dos heridos y algunos palos maltratados.
El día 8 amaneció. Los lanchones enemigos se avanzaron al remolque
escoltados por sus galeotas; pero destacando el general nuestras cañoneras y
algunas bombarderas que procurasen reventar las bombas sobre ellos, lo lograron,
ayudadas de los fuegos de las fragatas Santa Rosa, Carmen, las
dos maltesas, y los jabeques Murciano y San Antonio, con lo que
se les cortó la idea.
Puestas ya en movimiento
nuestras embarcaciones, y aflojado el viento, dispuso el general otro ataque
que duró hasta las 12 menos cuarto, disparando en él 229 bombas y 83 balas, viéndose retirar un lanchón lastimado.
Los enemigos tiraron
únicamente 453 balas y 18 bombas,
porque las corrientes arrastraron nuestra línea más al S, y no tuvimos
desgracia.
A las 5 de la tarde, disparando 443 bombas y 440 balas hasta
las 7 menos cuarto, de que resultó volar un lanchón cañonero enemigo. Estos tiraron 984 balas y 26
bombas, sin causar desgracia ni avería.
En este estado, considerando
el comandante general la actual estación avanzada, la situación de aquel
fondeadero, circunstancias de la escuadra, y de un convoy de bastante cuidado,
con otras muchas reflexiones propias de su conocimiento práctico, y procediendo
con unánime acuerdo de los pilotos, resolvió retirarse: y pasados los morteros
y cañones de las lanchas a los buques mayores, se puso a la vela con toda la
expedición al medio día del 9, dejando el navío San
Pascual, fragata Santa Rosa y jabeque San Sebastián para que
cruzasen delante de aquella bahía.
Elogia este general muy
particularmente el valor, constancia y buen desempeño de todos los oficiales y
demás individuos empleados en las citadas operaciones, y también a los
comandantes de las dos fragatas de Malta el comendador St. Tropé y el caballero
Subirats, y a todos sus oficiales, por su valor, acierto y bizarría en los
ataques y demás ocasiones de riesgo.
Ahora creo que tengo más dudas que antes, pero seguro que en un momento u otro damos con la solución a este misterio. Ya siento no poder más datos.
Desde luego que supone un reto Interesantisimo el descubrir la relación con Maluenda, que la tiene que haber....
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